Antecedentes del Laboratorio de Microbiología Clínica
del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán
El laboratorio de microbiología clínica fue fundado por el Dr. José Ruiloba Benítez en el entonces Hospital de Enfermedades de la Nutrición en la calle de Dr. Jiménez de la colonia de los Doctores en 1947, quien lo llamó laboratorio de microbiología y parasitología. El objetivo fundacional del laboratorio fue cubrir las necesidades asistenciales cotidianas de los pacientes que acudían al Instituto, una vez logrado ello, cultivar la enseñanza y la investigación en el campo de las enfermedades infecciosas.
En 1970, el Instituto se mudó a las instalaciones de Tlalpan. En 1978, el Maestro Salvador Zubirán y el Dr. José Ruiloba invitaron al Dr. Guillermo M. Ruiz Palacios para hacerse cargo del laboratorio y deciden cambiar el nombre del laboratorio y dar el rango de Departamento de Infectología. Este departamento fue conformado por el laboratorio de microbiología clínica, un laboratorio de virología, un laboratorio de investigación, una sección de epidemiología clínica y una sección de epidemiología hospitalaria. A finales de 1980, se asigna un pequeño espacio en el primer piso del área de hospitalización en donde se instala en el laboratorio de microbiología clínica, bajo la coordinación de la Q.F.B. Consuelo Ontiveros Rodríguez.
En 1985, el Dr. José Sifuentes Osornio regresa de la Universidad de Virginia, en donde realizó la especialidad en microbiología clínica y se le otorga la jefatura del laboratorio. A partir de ese momento, fomenta el uso de tecnología de punta en el proceso de diagnóstico de las enfermedades infecciosas, se intensifica el estudio de los mecanismos de resistencia antimicrobiana, se mejora el diagnóstico de la tuberculosis y de los patógenos anaerobios. Con la aparición del síndrome de inmunodeficiencia adquirida se establecen nuevos métodos de diagnóstico para identificar los organismos oportunistas en esta población. A principios de la década de los noventa, se habilitó un área de biocontención nivel 2 en donde se inició de manera formal el cultivo de las muestras clínicas, aislamiento y pruebas de susceptibilidad antimicrobiana de Mycobacterium tuberculosis. En 1992 la QFB Miriam Bobadilla del Valle termina la maestría en biotecnología e inicia la sección de biología molecular en donde se empezó con el diagnóstico de la tuberculosis por métodos moleculares, la detección de mutaciones que confieren resistencia a rifampicina en M. tuberculosis y la detección del gen mecA que confiere resistencia en Sthaphylococcus spp. a meticilina.
En 1995, con la colaboración de investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y de la Universidad de Stanford se inician los estudios poblacionales para detectar la transmisión de la tuberculosis en la Sierra de Puebla y Orizaba, Veracruz, todo ello con el generoso apoyo de CONACYT y de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH).
Posteriormente en 1997, el Dr. Alfredo Ponce de León Garduño se integra al laboratorio después de una estancia post-doctoral en la Universidad de Stanford, donde realizó estudios de epidemiologia molecular y con él se da un énfasis significativo en el estudio de la transmisión de la tuberculosis así como de otras enfermedades infecciosas.
En 2006, el Dr. Fernando Gabilondo Navarro, Director General del Instituto, inició el proyecto para la construcción de la Unidad del Paciente Ambulatoria (UPA) y se planeó la ampliación del laboratorio de microbiología clínica con un área de biocontención nivel 3. Gracias al noble apoyo del CONACYT, de la Secretaria de Salud y del Seguro Popular se desarrolló el proyecto ejecutivo. En 2012, se inició la construcción formal del actual laboratorio en el noveno piso de la UPA. El 19 de mayo de 2014, el laboratorio inicia formalmente las labores en su ubicación actual, se incorpora a la red de Laboratorios Nacionales del CONACYT y cambia su nombre por el de Laboratorio Nacional de Máxima Seguridad Biológica para el Estudio de la Tuberculosis y Enfermedades Emergentes “José Ruiloba Benítez”. Este laboratorio de bioseguridad nivel 2 (BSL2) de 750 m2 de construcción incluye un área de máxima seguridad biológica nivel 3 (BSL3) de 70 m2.