Desarrollo Comunitario
En el transcurso de sus 30 años de vida, CECIPROC ha modificado su método de trabajo: mientras que en la primera década la estrategia prioritaria fue la capacitación a promotores y promotoras en salud, para que reprodujeran el conocimiento y lo aplicaran en sus comunidades; en los años recientes, sobre todo en los últimos quince, se ha privilegiado el impulso de proyectos comunitarios de desarrollo, en los cuales el énfasis de capacitación no está centrado en los individuos, sino en el conjunto de los habitantes de las comunidades. En este momento, los principales proyectos de Desarrollo Comunitario son:
Nutrición y salud para el desarrollo rural
La salud nutricional se aborda a través de diversas acciones: capacitación-acción participativa, vigilancia y diagnóstico nutricional mediante diagnósticos y seguimientos antropométricos, educación nutricional mediante orientación alimentaria, elaboración de material didáctico, además de fomento a la producción de alimentos mediante el sistema de milpa e instalación de espacios biointensivos para la producción de hortalizas.
Con las acciones de capacitación, las comunidades beneficiadas reciben y generan información técnica e insumos para distintas estrategias de mejoramiento nutricional y diversificación de la dieta familiar, como la producción de traspatio y el rescate culinario. El rescate de las plantas silvestres localmente disponibles, tanto alimenticias como medicinales, se realiza con la participación de promotoras y promotores asesorados por botánicos, quienes realizan caminatas botánicas y talleres culinarios; además del análisis químico proximal (AQP) para identificar el contenido nutricio de las plantas recolectadas y constituir herbarios en cada comunidad y en CECIPROC, así como en las Escuelas Primaria Rurales.
En términos generales la situación nutricional de niños y niñas menores de cinco años mejoró tanto en las comunidades de la Sierra como en las de la Costa; desapareció la desnutrición de segundo y tercer grados y la condición de normalidad nutricional se incrementó en casi 80 por ciento; sin embargo, la desnutrición de primer grado sigue presente al igual que el sobrepeso y la obesidad. Las condiciones para una buena nutrición -como se sabe- no sólo dependen de la ingesta de alimentos, sino que es multifactorial y pese al gran esfuerzo desarrollado por CECIPROC, las condiciones sanitarias y ambientales regionales aún muestran rezagos significativos.
Estufas ahorradoras de leña
La estufa ahorradora de leña contribuye a mejorar la higiene y la salud de las familias, además de reducir el uso de leña como fuente de energía en la vivienda. El material de construcción es fácil de conseguir, está disponible en la región y no requiere de mano de obra especializada.
La estufa ahorradora de leña guarda mejor el calor y permite cocinar varias cosas a la vez, como tortillas y otros platillos, por lo que se ahorra tiempo y esfuerzo en la elaboración de alimentos, pues se acorta el tiempo de cocción de los mismos. Su utilización se asocia a la disminución de enfermedades relacionadas con la producción de humo dentro de la cocina.
Sanitarios ecológicos secos
El sanitario ecológico seco promueve no sólo el uso racional del agua en un contexto de crisis de este recurso en el mundo, sino también el reciclamiento de excretas humanas (excremento y orina) produciendo así fertilizante y abono orgánico para evitar la contaminación del agua y del suelo, acotar sus consecuencias sobre la salud y, finalmente, impulsar la producción de alimentos para el mejoramiento de la nutrición comunitaria.
Las familias que lo utilizan correctamente han disminuido sus episodios de diarrea y vómito, además de mejorar el estado nutricional de la población infantil beneficiaria. La resistencia al uso de este tipo de tecnologías es cada vez menor.
Huertos familiares
La siembra familiar de productos para el autoconsumo y venta favorece una alimentación más segura, variada y completa, que promueve beneficios a la salud. Aunque el porcentaje más alto de las cosechas se reserva para el autoconsumo, una parte llega a venderse dentro de la misma comunidad, recursos que las familias utilizan para la adquisición de alimentos complementarios como arroz, leche, pan y aceite, artículos como jabón y detergente, y para ciertos gastos relacionados a la educación de las hijas e hijos. Los huertos se cultivan con abonos orgánicos obtenidos de excretas humanas generadas en los sanitarios ecológicos secos.
Empresas sociales
Las empresas sociales en manos de las mujeres, aportan en la generación de ingresos familiares y comunitarios. La conserva de alimentos, la cría de truchas, la panadería y rosticería comunitarias, así como las cajas de ahorro, han permitido a las actoras-promotoras fortalecer sus capacidades y habilidades, lo que les ha valido el reconocimiento de sus maridos e hijos y reconocimiento a nivel comunitario para emprender actividades económicas; el conocimiento de sus derechos como mujeres; la posibilidad de generar ingresos económicos para sus familias y ser un ejemplo para otras mujeres que también pretenden modificar las condiciones socioculturales de desigualdad genérica.