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Felipe Osornio Morales:
46 años de vidal laboral en el INCMNSZ

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Recapitular mi vida laboral en el INCMNSZ, me lleva a recordar el 30 de octubre de 1969, cuando gracias a que mi querida madre me sugirió solicitar trabajo en el entonces llamado Hospital de Enfermedades de la Nutrición. Ella se había enterado que estaban solicitando personal para la apertura del Hospital, aquí en Tlalpan. Sin duda alguna fue un sabio consejo, así que con 17 años 9 meses de edad, me dirigí al Hospital, que se ubicaba en la calle de Dr. Jiménez, en la Colonia Doctores; fui directamente al Departamento de personal, donde me atendió muy amablemente la jefa de esa sección, María Luisa Palomas, quien era conocida como la Miss Palomas. Recuerdo que me dijo “estas muy chavo, voy a necesitar la autorización de tus padres porque todavía eres menor de edad”. Ya con la autorización de mi madre, entregué solicitud y para mi sorpresa al día siguiente me comunicaron que me quedaría de una vez haciendo un interinato de 3 meses en la Dirección General del hospital, como mensajero nada menos que del Dr. Salvador Zubirán, así fue como conocí al gran Maestro. El día que llegué a trabajar con él, al verme me dijo “oye chaval cómo te llamas”, respondí con mi nombre, y continuó diciendo “estás muy joven” preguntó mi edad y enseguida dijo “bueno hay que entregar toda esta documentación, mi secretaria Carolina, te va a decir cómo hacerlo”; así inició mi camino en esta increíble Institución.

En el último festejo de fin de año en Dr. Jiménez, el Dr. Zubirán me llamó para preguntarme “Felipe como estas trabajando ahorita”, le comenté que en un interinato de 3 meses “¿ya empezaste tu servicio militar?, respondí no Doctor empiezo en enero (1970), “cuando tengas tu precartilla me la traes” concluyó. En cuanto la tuve se la llevé, y otra sorpresa para mí, me envío con la Miss Palomas, pidiéndome le dijera que iba de parte suya para que me diera la base dentro del INN, la cual me asignaron a partir del 6 de febrero de 1970. Ya como empleado de base, regresé con el Dr. Zubirán, ese mismo día me dijo “Felipe que bueno que ya estas con nosotros, me habló Adolfo Chávez de la División de Nutrición, del nuevo Hospital en Tlalpan, necesita a un muchacho para que maneje un mimeógrafo, ¿te parece?,¿podrás hacerlo?”, le respondí que sí y si no puedo aprendo. Fue así como llegué a la División de Nutrición a cargo del Dr. Adolfo Chávez Villasana para manejar un mimeógrafo manual con una escolaridad de 3er año de secundaria e iniciar lo que ahora es la imprenta del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Trabajé 33 años bajo la tutela del Dr. Chávez, a quien hasta el día de hoy le tengo un gran cariño y admiración, fue un privilegio trabajar con él. Aquí aprendí lo que sé y lo que ahora soy, gracias a la oportunidad y la gran amistad que tuve tanto con el Dr. Zubirán como con el Dr. Chávez. El Instituto ha sido para mí durante estos 46 años, mi segundo hogar, siendo miembro de esta Institución me formé laboralmente y también como persona en mis diferentes facetas como esposo, padre, abuelo y bisabuelo.

Tengo la fortuna que el Instituto haya sido y sea mi único centro de trabajo, gracias a eso conocí grandes personajes que están en la historia de la medicina, genios e ilustres como el propio Dr. Salvador Zubirán, el Dr. Gustavo Baz, el Dr. Carlos Gual, el Dr. Manuel Campuzano, el Dr. Donato Alarcón, el Dr. Fernando Gabilondo, el Dr. David Kershenobich, el Dr. Héctor Orozco, el Dr. Mariano García Viveros,el Dr. Adolfo Chávez y muchos más que escapan a mi memoria, algunos de ellos vivos y otros fallecidos.

Es para mí un orgullo haberme formado aquí en el Instituto en este bello oficio de las artes gráficas, aún sin estudios profesionales. Los resultados alcanzados a la fecha han sido realmente satisfactorios, actualmente alrededor del 80% de la papelería que se requiere en el INCMNSZ se elabora aquí. En la imprenta se han elaborado miles folletos, trípticos, carteles, revistas y libros con gran calidad. Fui afortunado, durante la gestión del Dr. Donato Alarcón, me invitaron a formar parte del equipo de un proyecto tan significativo, como es “La Camiseta”, la que después de 20 años, cada quince días sigue siendo un vínculo de información para quienes laboramos en el Instituto.

Después de 46 años de vida laboral, le agradezco a Dios haber puesto en mi camino al Instituto, al Dr. Zubirán por haberme recibido en esta casa que es el INCMNSZ y al Dr. Chávez por confiar en mí. La única palabra que tengo hacia el INCMNSZ, es GRACIAS.

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