La enfermedad por COVID-19 puede generar algunas alteraciones emocionales posteriores a su resolución, es importante identificar estos síntomas emocionales para que se realice una intervención oportuna.
Dentro de estas alteraciones las más frecuentes son ansiedad, depresión, trastornos en el sueño y el Trastorno de Estrés post Traumático, este último es más frecuente en personas que estuvieron hospitalizadas o requirieron una estancia en la unidad de cuidados intensivos.
La ansiedad es una de las alteraciones más comunes, llegando a presentar de forma súbita palpitaciones, dolor de cabeza, opresión en el pecho, nausea, mareo, inquietud constante, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y problemas en el sueño. Practicar ejercicios de relajación pueden ayudar a disminuir la intensidad de estos síntomas.
Otro trastorno que se presenta posterior a la recuperación de la enfermedad es la depresión, esta se caracteriza por tener animo bajo la mayor parte del día, disminución del interés o el placer que antes generaban algunas actividades, puede haber variaciones en el peso, ya sea aumento o disminución, es frecuente percibir una sensación de enlentecimiento generalizado, que puede interpretarse como fatiga, además, pueden continuar los sentimientos de culpa, por el mecanismo de contagio o miedo a seguir contagiando.
Los trastornos del sueño interfieren en distintos ámbitos de la vida, ya que si tenemos un sueño no reparador o con una mala calidad, puede haber un impacto directo en la memoria, el sistema inmunológico o incluso en la función endocrina. Los problemas de sueño pueden presentarse con dificultad para conciliarlo, despertarse durante la noche o muy temprano, también hay un desfase en el sueño puede ser que se adelante o se atrase, o incluso sueño intenso durante el día que puede llevar a cometer errores o presentar irritabilidad. Las reglas de higiene del sueño pueden ser de gran ayuda.
El trastorno de estrés post traumático, provoca recuerdos de la hospitalización previa o del tiempo que se tuvo la enfermedad y que se pueden manifestar por medio de algunos pensamientos e incluso como imágenes mentales relacionadas a la hospitalización. Esto genera una ansiedad muy intensa, incluso como si se estuviera viviendo nuevamente. Además, se pueden presentar sueños repetitivos, que lleguen a despertar y a manifestar mucha angustia. Es frecuente que se trate de evitar todo lo relacionado a recuerdos sobre la hospitalización, lugares, sonidos, olores, entre otros. También hay cambios en la concentración y en el estado de ánimo. Es importante reconocer estos síntomas, para que se realice una valoración por un médico(a) experto y se inicie un tratamiento adecuado.